OCDE-FAO: precios estables de cereales y soja en el largo plazo

OCDE-FAO: precios estables de cereales y soja en el largo plazo

Fuente: BCR

OCDE-FAO proyectan una demanda mundial de cereales y oleaginosas en crecimiento durante el periodo 2017-2026, aunque a un menor ritmo que en la década pasada. En términos nominales los precios internacionales del complejo sojero y de cereales crecerán en los próximos diez años, aunque no superaría en mucho la inflación mundial. Los cereales ganarían un poco más. OCDE-FAO esperan que el comercio agrícola siga aumentando, pero a un ritmo más lento que en el pasado. Este lento aumento resulta más evidente para los cereales y las semillas oleaginosas, que, en conjunto, representan el 45% del valor del comercio agrícola.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) emiten –en forma conjunta todos los años- un informe sobre Perspectivas Agrícolas para los próximos diez años. Las proyecciones constituyen una visión del posible escenario futuro de desarrollo de la agricultura mundial, en base a un conjunto determinado de supuestos y la posible configuración de las políticas agrícolas y comerciales de los países de todo el mundo.
Es preciso destacar que las organizaciones utilizan el modelo matemático-cuantitativo denominado “AGLINK-COSIMO” para realizar sus proyecciones.  A continuación se hace un resumen de las claves del nuevo reporte de proyecciones agrícolas por parte de estos organismos a nivel mundial.
¿Qué sucedió con los precios de los commodities en los últimos años?
Los precios de los commodities agropecuarios (cereales, carnes, pescados y productos lácteos) vienen de registrar una fuerte caída en sus niveles promedio durante el año 2016. Esta disminución tuvo correlato en la amplia producción que experimentaron los mismos, alcanzando máximos o segundos máximos a nivel mundial en casi todos los rubros. En los cereales esta disminución se sintió principalmente sobre el precio del maíz y el trigo que alcanzaron un máximo de producción global en el año 2016.
Por otro lado, la demanda mundial se mantuvo prácticamente estancada o con leve crecimiento. Esto derivó en la acumulación de stocks de los commodities hasta tocar altos niveles, lo cual generó bajas en los precios de los commodities. El trabajo remarca la correlación que existe en las materias primas con el crecimiento del PBI mundial (que se traduce en un aumento en la demanda de los commodities agrícolas cuando el PBI mundial aumenta) y en el precio del petróleo (que determina el precio de varios insumos en la agricultura e influye en la demanda de cereales, azúcar y aceites vegetales a través del mercado de los biocombustibles). Durante la mayor parte del año 2016, los precios del petróleo fueron bajos respecto de su cotización histórica. Se sumó además un lento crecimiento del PBI mundial del 2,9% anual. Ambos aspectos contribuyeron a la disminución de los precios observada en los mercados agrícolas en el 2016.
Viendo ya la dinámica de la última década (2004-2006 a 2014-2016), según la OCDE-FAO se observó en dicho período un incremento de la demanda de commodities agrícolas sin precedentes. Citando algunos números, el consumo total de cereales aumentó de 2.000 Mt de toneladas a 2.500 Mt (500 Mt en diez años). Lo mismo pasó con el consumo de carne de ave, que aumentó de 81 Mt a 113 Mt (32 Mt). Para poner los números en perspectiva, EE.UU. consume por año 350 Mt de cereales y 17 Mt de carne de ave, por lo que en dicho período se agregó al mapa de consumo mundial “un país equivalente a una vez y media a Estados Unidos”.
Este aumento fue impulsado por dos factores principales: el crecimiento de China y el crecimiento en la producción de biocombustibles. En China, el crecimiento de los ingresos impulsó la demanda de alimentos. En particular, la mayor demanda de carne y la intensificación de la producción ganadera impulsaron la demanda de alimentos para animales. En el mundo desarrollado, la demanda de alimentos se estancó, pero las políticas de apoyo a los biocombustibles fortalecieron la demanda mundial de maíz, caña de azúcar y aceites vegetales.
Perspectivas para la próxima década
Según se deprende del informe elaborado por la OCDE-FAO, los factores nombrados en el párrafo anterior continuarán influyendo sobre la demanda mundial de productos agrícolas, pero su relevancia disminuirá relativamente en la próxima década. El crecimiento de la demanda en China se está desacelerando, a medida que se modera el crecimiento de los ingresos y disminuye la propensión de los hogares a gastar más ingresos en alimentos. Por otro lado, la evolución de los mercados de biocombustibles está fuertemente impulsada por las políticas y los precios del crudo y, consecuentemente, es más difícil predecir en función de las tendencias demográficas y económicas. Las políticas actuales y los precios moderados esperados del petróleo crudo en el largo plazo probablemente conduzcan a un menor crecimiento en la producción de biocombustibles derivados de commodities agrícolas en comparación con la última década.
El Medio Oriente y el Norte de África dependen en gran medida de las importaciones agrícolas, situación que se espera continúe. Las importaciones de cereales en Argelia, Egipto y Arabia Saudita representan la mitad o más de la demanda interna en 2016. Arabia Saudita es casi totalmente dependiente de las importaciones para su consumo de cereales.
En relación al comercio agrícola, éste seguirá aumentando, pero a un ritmo más lento que en el pasado. Junto con la oferta y la demanda global, se espera que el comercio se expanda menos en los próximos diez años que en la década anterior. El crecimiento más lento es más evidente para los cereales y las semillas oleaginosas, que en conjunto representan aproximadamente el 45% del valor del comercio agrícola.
La desaceleración del comercio agrícola no es un fenómeno aislado. El crecimiento del comercio mundial de mercancías (que incluye bienes agrícolas y no agrícolas) se ha desacelerado en términos nominales debido al menor crecimiento del PBI mundial. Además, a diferencia de lo observado en las últimas décadas, el comercio también ha dejado de crecer en relación al PBI mundial. Es difícil pronosticar que podría llegar a pasar en el mediano plazo con la participación del comercio sobre la producción mundial, pero existen autores que indican que esta tendencia sería “el nuevo estándar”.
Los volúmenes de exportación de los commodities seguirán concentrados –por cada producto- en 5 principales países exportadores, aglutinando el 70 % de lo comerciado a nivel global en promedio.  En el caso de la soja este último valor se ve acrecentado, ya que sólo Estados Unidos y Brasil contabilizan el 80 % del poroto comercializado a nivel mundial donde se espera que se mantenga este share.
Se espera que el crecimiento de la oferta mundial de cereales esté explicado en un 90 % por el aumento en el rendimiento de los cultivos. Durante el período se espera que la producción mundial de cereales crecerá aproximadamente a un ritmo del 1% anual, lo que conducirá a un aumento total para el 2026 de 11% en la producción de trigo, 14% para el maíz, 10% para otros cereales secundarios y 13% para el arroz.
¿Que proyecta la OCDE-FAO en materia de precios?
Los precios de los diferentes grupos de commodities, como los cereales, los productos lácteos y las semillas oleaginosas, están altamente correlacionados. En la próxima década, los precios de estos grupos de commodities se proyectan en niveles similares o algo inferiores a los actuales en términos reales.
En base a las condiciones proyectadas de oferta y demanda por parte de la OCDE-FAO, se espera que los precios se mantengan por debajo de los máximos alcanzados durante el período 2006-16, pero por encima de los niveles observados a principios de los años 2000.
Según los organismos, la tendencia de los precios reales de los commodities agrícolas es hacia la baja en el muy largo plazo. Pero en el ínterin, existen períodos donde los precios pueden experimentar ciertas desviaciones de esta tendencia de muy largo plazo. En la proyección de la OCDE-FAO para la mayoría de los commodities, los cambios de precios proyectados son pequeños, con una tendencia estable/declinante, aunque se esperan leves aumentos entre los cereales y los productos lácteos.
a. Maíz y Trigo
Es probable que los precios sigan en un nivel bajo a corto plazo debido a los bajos valores durante el período base (2014-16), las condiciones de crecimiento económico lento, los grandes stocks mundiales, los bajos precios del petróleo y un dólar estadounidense apreciado. En el transcurso del mediano plazo, sin embargo, se prevé que los precios de los cereales aumenten en términos nominales, pero no lo suficiente para mantener el ritmo de la inflación, lo que indicaría una ligera disminución en términos reales.
Para el trigo y el maíz, se esperan aumentos de precios reales limitados de menos del 1% por año Para otros cereales secundarios, se espera un aumento ligeramente mayor de los precios, sostenido por la creciente demanda de importaciones de China y Arabia Saudita. Para el arroz, se espera una disminución del 1% anual.
En comparación con el período base, se proyecta que la producción mundial de trigo en 2026 será 11% mayor (78 Mt adicionales), con la mayor parte del incremento en la India (15 Mt), seguida de la Unión Europea (10 Mt), la Federación de Rusia (7 Mt), Pakistán (6 Mt) y China (5,5 Mt). Se proyecta además que la producción mundial de maíz aumente en un 14% para el 2026 (unos 138 Mt adicionales), encabezada por Estados Unidos (29 Mt), Brasil (22 Mt), China (14 Mt), Argentina (11 Mt), Unión Europea (9 Mt) y India (6 Mt).
Se espera que el consumo de trigo aumente en un 11% en comparación con el período base (2014-2016), y seguirá siendo utilizado en gran parte para el consumo humano (67% del uso total durante todo el período de proyección). Se prevé que el uso de trigo para forraje aumente, principalmente en China, Pakistán y Vietnam en términos relativos. Se proyecta que el uso de maíz para forraje a nivel mundial aumentará en 121 Mt, incrementando su participación total en el uso total del 56% durante el período base al 60% en 2026, en gran parte debido a la rápida expansión de los sectores ganaderos en los países en desarrollo.
Se proyecta que el comercio mundial de cereales para 2026 aumente a 448 Mt, un 14% más que en el período base. En este nivel proyectado, el comercio global se expandiría a un ritmo ligeramente más rápido que la producción (1,5% por año. vs. 1,2% por año.), aumentando la participación de la producción mundial que se negocia al 15,6%. Para el trigo, se espera que esta participación (Comercio/Producción) alcance el 23% para 2026, en comparación con el 13% para el maíz y el 15% para otros cereales secundarios.
La Federación de Rusia ha comenzado a desempeñar un papel importante en los mercados internacionales de trigo y maíz en los últimos años. Fue el quinto mayor exportador de trigo en promedio en la última década y se prevé que se convierta en el segundo mayor exportador durante el período de proyección, aportando un 15% al comercio mundial.
b. Soja
Se espera que el precio real del poroto de soja no se aleje demasiado de sus niveles actuales. En comparación con la última década, la demanda de aceite vegetal se está desacelerando considerablemente, ya que muchas economías emergentes (como China, Brasil y Sudáfrica) están llegando a un punto de saturación; como resultado, se proyecta una pequeña disminución (de 1% por año) en los precios reales. Para las harinas proteicas, también se espera una disminución modesta de los precios reales (menos del 1% por año) debido a la menor demanda de importación y la mayor producción de harina de soja en el continente americano. Debido a la demanda estancada de alimentos por habitante, la restricción en el crecimiento del sector del biodiesel y al crecimiento de la producción ganadera que usa harinas proteicas en muchas economías emergentes (aumentando la oferta de aceites), los precios del aceite vegetal disminuirán más que los precios de las harinas proteicas en términos reales durante los próximos 10 años.
En términos nominales, se proyecta que todos los precios de los productos oleaginosos y sus subproductos aumentarán ligeramente durante la próxima década. Sin embargo, la volatilidad es un fenómeno que debería esperarse debido a las incertidumbres del mercado. Las políticas de biocombustibles en los Estados Unidos, la Unión Europea e Indonesia son también las principales fuentes de incertidumbre, ya que representan una parte considerable de la demanda de aceite vegetal en estos países. Por otra parte, los problemas e incertidumbres comunes a la mayoría de los productos básicos (por ejemplo, el entorno macroeconómico, los precios del petróleo crudo y las condiciones climáticas) tienen y tendrán una influencia considerable en el complejo de semillas oleaginosas.
La producción y el consumo de harinas proteicas están dominadas por la harina de soja. En comparación con la década pasada, el crecimiento del consumo de harina proteicas en el mundo será más lento (1.7% por año en la próxima década vs. 4.1% por año en la década pasada). Estará limitado por un crecimiento más lento en la producción ganadera global y por el hecho de que la proporción de proteína en las raciones alimentarias chinas ha llegado a un amesetamiento. Se proyecta que el consumo chino de harina proteica crecerá un 2,3% por año comparado con 7.9% por año en la década anterior, siendo una tasa que aún excede la tasa de crecimiento de la producción animal.
El aceite vegetal tiene una de las cuotas comerciales internacionales más altas (42%) de la producción de todos los productos agrícolas (Relación exportaciones/Producción). Se espera que esta participación permanezca estable durante todo el período analizado por la OCDE-FAO, con exportaciones mundiales de aceites vegetales que podrían alcanzar las 91 Mt para 2026. Las exportaciones de aceite vegetal seguirán dominadas por Indonesia y Malasia (Figura 3.2), que están fuertemente orientadas a la exportación de aceite de palma.