Para sumar reservas, reavivan plan de una empresa estatal de granos

Para sumar reservas, reavivan plan de una empresa estatal de granos

Cronista

 

Con el objetivo puesto en sumar reservas al Banco Central, algunos sectores del gobierno y economistas del kirchnerismo reflotaron la posibilidad de crear una empresa nacional de granos para competir con las cerealeras multinacionales, ofreciéndole al productor una retención del 25 o 30%, contra el 35% del dólar soja. Así, el Estado manejaría directamente el 40% de la cosecha.
El proyecto establece crear una Mesa Nacional de Granos destinada a la compra de stocks de granos, cereales y oleaginosas argentinas para ser colocados en los mercados internacionales. La premisa es participar al Estado de manera directa en el mercado mundial de granos, cereales y oleaginosas, fijar stock propios y colocar excedentes en los mercados internacionales. La Mesa de Granos se financiaría con pesos para afrontar la cancelación local de los contratos de futuros de granos y cereales mediante una línea de redescuento del BCRA o del Nación. Por su función de intermediario comercial en los mercados internacionales, podrá celebrar contratos de compra-venta con importadores en el exterior, haciéndose de un saldo acreedor en dólares. La operatoria de compra mediante el mercado de futuros del MaTBA como el Rofex son plazas seguras ante un escenario de volatilidad. El proyecto sostiene que, al operarse el 57% de los contratos de granos y cereales del país, permite cubrirse ante fluctuaciones, además de reducir costos de logística y almacenaje.
Fernanda Vallejos, economista kirchnerista del Foro del Pensamiento Económico, confiesa que hace tiempo vienen trabajando en esto: «Hay dos candidatos presidenciales del FpV, Julián Domínguez y Sergio Uribarri, que también avalan la propuesta de una empresa comercializadora de granos estatal, que participe como un trader importante en el mercado: «Sabrá la presidenta cuál es el momento de oportunidad y conveniencia para avanzar en ese sentido, que sería beneficioso para los productores nacionales, en articulación con una política comercial conducida por el Estado».
Hernán Fardi, vicepresidente de la CNV, opina que esto es menos traumático que una Junta Nacional de Granos: «Como Estado y siendo el ingreso de divisas por retenciones agrícolas muy importante, debería existir una empresa de este tipo que compita con los privados».
Fardi prefiere no hablar de diferencial de retenciones para no distorsionar el mercado y que digan que hay competencia desleal, sino que pagaría mejores precios a los productores: «Esto requeriría la existencia de una logística acorde para poder funcionar y podría demandar la construcción de la infraestructura que permita operar. También tendría que haber una mesa de operaciones activa en los mercados de futuros locales e internacionales, dado que son muy pocos los productores que utilizan estas herramientas y no podemos estar atados a los vaivenes de las cotizaciones del mercado. Es que las implicancias de una baja de precios repercuten no sólo en el sector, sino en su efecto derrame hacia el resto de la economía».
El directivo de uno de los mercados agrarios más importantes del país pone el grito en el cielo: «Las condiciones de competencia son relativas, pues el resto de los exportadores no tiene línea de redescuento directa con el BCRA/Nación. Además, en experiencias anteriores el Estado no fue muy eficiente operando granos y la reducción de costos de logística y almacenaje se produjo cuando dejaron de intervenir. Y la operatoria de cobertura con futuros está hoy a disposición de todos los participantes, no veo por qué la nueva sociedad será más eficiente».
Un ejecutivo de otro de los grandes mercados financieros dice que la propuesta es de imposible cumplimiento: «El chacarero se lo da a contratistas y éstos van a cooperativas o a fábricas. Los grandes o cooperativas exportan. Así, todas van a pasar a chicas, porque la comercialización es la que está concentrada, no la producción».
Otro player coincide: «Ahora, con puertos e instalaciones de campaña de la ex Junta Nacional de Granos privatizadas desde la década del ‘90, resultaría difícil de implementar. La ventaja es que el mejor precio que se podría ofertar no afectaría al presupuesto, porque parte saldría del diferencial que tienen los traders. Lo negativo es que se corre el riesgo de hacer una superestructura costosísima. Además, el negocio de exportación de cereales necesita gente capacitada: como un Galuccio del área cerealera».
«Cualquier cosa que haga el gobierno para bajar la presión fiscal es beneficiosa, pero veo muy difícil implementar una cerealera estatal. Hay cuestiones logísticas que demorarían años en hacerse. De todas maneras, la retención de soja actual es de los medianos a grandes productores, que son los que tienen espaldas para aguantar. Los chicos casi no tienen reservas», revelan en un fideicomiso agrícola.
Por lo pronto, el gobierno quiere que los productores liquiden hoy y pagarles en marzo del 2015, a la cotización oficial que esté el peso. Hace un tiempo, se había hablado de entregarles un bono dollar linked pero, según dicen, «el productor prefiere grano en bolsa a cualquier papel que le de el Gobierno».