Europa debate nueva norma para ingreso de transgenicos y preocupa a la Argentina

Europa debate nueva norma para ingreso de transgenicos y preocupa a la Argentina

Cronista

La propuesta se trata desde hoy y busca dar a los Estados miembro la opción de prohibir el uso de transgénicos importados para la alimentación humana y animal

 

Los países de la Unión Europea (UE) debaten hoy por primera vez una propuesta que pretende dar a los Estados miembro la opción de prohibir en su territorio el uso de transgénicos importados para alimentación humana y animal, una situación que pone en alerta a la Argentina, que tiene al continente como uno de los principales destinos de sus agroexportaciones.
En abril pasado, la Comisión Europea (CE) planteó que los Estados miembros puedan excluir el uso de un producto transgénico importado en su cadena alimentaria, aunque haya sido autorizado a nivel comunitario.
Para poder acogerse a una exclusión, los países deberán basarse en razones diferentes a las examinadas a nivel europeo, como el riesgo para la salud humana o animal o motivos medioambientales, según publicó la agencia EFE.
Según el Ejecutivo comunitario, de esa manera se responde «a las preocupaciones de los ciudadanos, que pueden variar de un país a otro».
En el Parlamento Europeo, los diputados de distintos grupos políticos, están de acuerdo en rechazar la propuesta, por razones diversas y por ello, se ha pedido su retirada, según indicaron fuentes europeas.
La principal crítica es que «esto rompe el mercado único», y que puede crear problemas a la hora de dar garantías a los socios comerciales con los que existan acuerdos.
Por su parte, la Argentina está atenta a los resultados de la discusión ya que, según datos oficiales, en 2014 el principal importador de las harinas proteicas de soja de la Argentina fue Europa (28,6% del total exportado de ese producto), lo que equivalió al 16% de los ingresos aportados por el complejo oleaginoso (u$s 3300 millones) y al 4,6% del total de las exportaciones del país.
A poco de conocerse la propuesta, Estados Unidos, Canadá, Brasil y la Argentina la cuestionaron oficialmente. Para Washington significa también un potente freno a las negociaciones con la UE sobre comercio e inversión, destinado a plasmarse en un tratado de intercambio.
Con su propuesta, la CE busca completar la regulación de los transgénicos, para los que la UE ya aprobó este año nuevas disposiciones relativas a los cultivos, que permiten a los países restringir o prohibir los cultivos que contengan OGM en sus propios territorios.
La reforma de esta legislación llevaba cuatro años bloqueada por los desacuerdos entre los Estados pro y anti transgénicos.
Más del 60 % de las necesidades europeas de proteínas vegetales para el ganado se cubren con alimento a base de soja importada de terceros países, como Argentina, Brasil o Estados Unidos, donde el cultivo de OGM está generalizado.
Internamente, unas 15 entidades representativas de la cadena agroalimentaria europea realizaron duras críticas a la iniciativa. Pekka Pesonen, principal directivo de la entidad que agrupa a productores y cooperativas (Copa-Cogeca) y en nombre de todas las instituciones, instó al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE a rechazar la iniciativa.